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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
te venga la menstruación dejas la oración; cuan-
do termine te lavas la sangre y luego rezas. Luego
haces la ablución para cada oración hasta que te
venga la siguiente menstruación»’.
L
Lavar el semen y frotarlo
172.
‘Âisha relató: ‘Solía lavar el semen de la
ropa del Profeta (B y P) y el iba a la oración con
los rastros del agua (aún visibles) en su ropa’.
LI
La orina del camello, de las
bestias, de las ovejas y los esta-
blos
173.
Anas relató: ‘Algunas personas de la tribu
de ‘Ukal o la de ‘Uraina vinieron a Medina y su
clima no les sentó bien. El Profeta (B P) les man-
dó que vayan a la manada de camellos y que be-
ban de su leche y su orina. Fueron allí y cuando
recuperaron la salud mataron al pastor del Pro-
feta (B y P) y se llevaron los camellos. La noticia
llegó (a los musulmanes) al principio del día. El
Profeta (B y P) mandó que se les persiga. Al me-
diodía fueron capturados y traídos de vuelta. El
Profeta (B y P) mandó que se les corte las manos
y los pies y se les perfore los ojos con hierro can-
dente. Se los dejó en Al-Harra y cuando pidieron
agua nadie se las dio’. Abû Quilâba añadió: ‘Estas
personas cometieron asesinato, robo, apostasía y
combatieron contra Dios y su Mensajero (B y P)’.
174.
Anas relató: ‘El Profeta (B y P) solía rezar
y antes de que se construya la mezquita, en los co-
rrales de la ovejas.’
LII
La inmundicia que cae en la
manteca y en el agua
175.
Maymûna relató que el Profeta (B y P) fue
preguntado sobre un ratón que cayó en manteca.
Respondió: «Sacad al ratón y la manteca alrede-
dor de él y echadlos. Y comed vuestra manteca».
176.
Abû Huraira relató que el Profeta (B y P)
dijo: «Toda herida que el musulmán sufre en la
causa de Dios aparece en el Día de la Resurrec-
ción en su forma original al ser causada. Y saldrá
de ella sangre; con el color de la sangre y el aroma
del almizcle».
LIII
Orinar en agua estancada
177.
Abû Huraira relató también que el Profe-
ta (B y P) dijo: «No orinéis en el agua estancada
que no corre (pues) después os bañaréis en ella».
LIV
Si se pone una inmundicia o ca-
rroña sobre la espalda del
orante, esto no anula
su oración
178.
‘Abdullah bin Mas‘ûd relató que el Profeta
(B y P) estaba rezando cerca de la Ka‘ba mientras
Abû Yahl y sus compañeros se sentaban cerca.
Uno de ellos dijo a los demás: ‘¿Quién de vosotros
es capaz de traer las tripas del camello de tal tribu
para ponérselas en la espalda a Muhammad cuan-
do se prosterne?’ El más infeliz de ellos se levantó
y fue a traerlas. Esperó hasta que Muhammad se
prosternó y se la puso encima, entre los hombros.
Dijo: ‘Yo lo vi todo pero no pude hacer nada. ¡Si
tan solo hubiese tenido gente conmigo para resis-
tirlos!’. Ibn Mas‘ûd añadió: ‘Se pusieron a reír y se
apoyaban unos en otros. El Profeta (B y P) estaba
prosternado y no levantó la cabeza hasta que Fâti-
ma vino y le retiró de encima las tripas; entonces,
él se incorporó y dijo: «¡Oh Dios! ¡Castiga a Qu-
raysh!» Esto afectó fuertemente a Abû Ÿahl y sus
compañeros, pues ellos creían que las oraciones
en ese lugar eran respondidas por Dios. El Profe-
ta luego empezó a mencionarlos por sus nombres:
«¡Oh Dios! ¡Castiga a Abû Yahl! ¡Castiga a ‘Utbah
bin Rabî‘a! Y a Shayba bin Rabî‘a y a Al-Walîd bin
‘Utba y Umayya bin Jalaf y ‘Uqba bin Abi Mu‘it.»’
–Y mencionó a un séptimo que el transmisor del
hadiz olvidó–. Y añadió: ‘¡Por Dios, que tiene mi
alma en Su mano! Vi los cuerpos, de quienes mal-
dijo el Mensajero de Dios (B y P) caídos en uno
de los pozos de Badr’.
LV
Escupir o soplarse la nariz o
algo similar en la ropa
179.
Anas relató que el Profeta (B y P) una vez
escupió en sus ropas.