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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
«¿Qué te pasa? ¿Estás menstruando?» Dije: ‘¡Si!’
Me dijo: «Esto es algo que Dios determinó para
las mujeres. Haz lo que hace el peregrino excepto
que no realizarás el tawâf (alrededor de la Ka‘ba)»
‘Âisha añadió: ‘El Mensajero de Dios (B y P) sa-
crificó vacas como ofrendas por sus esposas’.
II
La mujer menstruante que lava
la cabeza de su marido y
lo peina
204.
‘Âisha relató: ‘Solía peinar el cabello del
Mensajero de Dios (B y P) mientras estaba men-
struando’.
205.
‘Âisha añadió que, cuando el Profeta
(B y P) estaba en i‘tikâf  en la mezquita, le acerca-
ba su cabeza, estando ella en su habitación, para
que lo peine, mientras ella menstruaba.
III
Recitar el Corán mientras se
está apoyado en el regazo de la
esposa
206.
‘Âisha relató: ‘El Profeta (B y P) solía
apoyarse en mi regazo y recitar versos del Corán
mientras yo menstruaba’.
IV
Usando la palabra
nifâs
para
la menstruación
207.
Umm Salama  relató: ‘Mientras yo estaba
acostada junto al Profeta (B y P) bajo una manta
de lana, me empezó a bajar la menstruación. Yo
me salí (del lecho) y me vestí las ropas que solía
(1)
I‘tikâf
: Es el retiro en la mezquita por algunos
días, generalmente durante los últimos diez días del mes
de Ramadán. El hombre o mujer en esta situación sólo sa-
len de la mezquita para hacer sus necesidades.
(2)
Umm Salama.
Una de las primeras musulma-
nas de Makka; esposa de Abû Salama, primo del Profeta
(B y P). Cuando enviudó pensó que no encontraría a al-
guien mejor que Abû Salama, pero Dios le tenía prepa-
rado algo grande: el Mensajero de Dios (B y P) la pidió
en matrimonio. Fue la última de las esposas del Profeta
(B y P) en morir; falleció poco después de la muerte de
Al-Husayn bin ‘Alí. Relató más de 300 hadices y sabía mu-
cho de fiqh.
usar durante la menstruación. El Profeta (B y P)
me preguntó: «¿Te vino al-nifâs (la menstrua-
ción)?» Dije: ‘Si’. Entonces me llamó y me acosté
junto a él bajo la manta’.
V
Acariciándose con una mujer
menstruante
208.
‘Âisha relató: ‘El Profeta (B y P) y yo so-
líamos tomar baño de un mismo recipiente cuan-
do estabamos en ÿanâba. Durante mi menstrua-
ción, él me mandaba vestir una falda (
izâr
) y me
acariciaba. Cuando el se enclaustraba en (
i‘tikâf
),
solía acercar su cabeza a mi y yo se la lavaba cuan-
do estaba menstruando’.
209.
‘Abdu Rahmân bin Al-Aswad relata que
su padre dijo que ‘Âisha dijo: ‘Cuando el Mensaje-
ro de Dios deseaba acariciar a alguna de nosotras,
estando en la menstruación, solía ordenarle que
vista el izâr y entonces empezaba a acariciarla.’
‘Âisha añadió: ‘¡Ninguno de vosotros podrá con-
trolar sus deseos como los controlaba el Profeta
(B y P)!’
VI
La mujer menstruante deja el
ayuno
210.
Abû Sa‘îd Al-Judrî dijo: ‘El Mensajero de
Dios salió a nosotros, un día de
‘îd ul-Adha
o
‘îd
ul-Fitr
(la festividad del Sacrificio o la del Desayu-
no), en el oratorio. Cuando pasó frente a las muje-
res les dijo: «¡Mujeres! ¡Dad limosna! Pues se me
ha mostrado que sois la mayoría de la gente del
Infierno». La mujeres dijeron: ‘¿Porqué Mensaje-
ro de Dios?’ El dijo: «Por que maldecís frecuente-
mente y sois ingratas con vuestros esposos. No he
visto gente tan disminuida en el raciocinio y en la
práctica religiosa que sean capaces de perder a un
hombre precavido y sensible como lo hacen algu-
nas de vosotras». Dijeron: ‘¿Y por qué somos dis-
minuidas en el raciocinio y en la práctica religiosa
Mensajero de Dios?’ El dijo: «¿Acaso no equivale
el testimonio de la mujer a solo medio testimo-
nio del hombre?» Dijeron: ‘Claro que sí’. El dijo:
«Pues eso es muestra de que sois disminuidas en
el raciocinio ¿Y acaso no dejan de rezar y ayunar
cuando están menstruando?» Dijeron: ‘Claro que
sí’. Les dijo: «Pues eso es muestra de que sois dis-
minuidas en la práctica religiosa»’.