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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
ta (B y P) les dijo: «No hay problema –o «no es
problema»– ¡Partamos!». Y partieron, dejando el
lugar; cuando habían avanzado cierta distancia,
el Profeta (B y P) pidió agua para hacer la ablu-
ción. Se hizo el llamado para la oración y la gen-
te hizo la oración. Cuando el Profeta (B y P) ter-
minó su oración y la gente hizo la oración, notó
que había un hombre alejado que no había hecho
la oración; le dijo: «¿Qué te impidió fulano que
reces con la gente?» El hombre respondió: ‘Estoy
en ÿanâba y no hay agua’. Luego el Profeta (B y P)
le dijo: «Te basta con la tierra. Hazlo (el tayam-
mum)». Luego el Profeta (B y P) mandó seguir
la marcha; al tiempo, la gente empezó a quejarse
por la sed. Se detuvo y llamo a fulano y a ‘Alî; les
dijo: «Id y Procurad agua». Ambos salieron y en-
contraron a una mujer sentada sobre un camello
entre dos odres de agua. Le dijeron: ‘¿Dónde está
el agua?’ Ella respondió: ‘Pasé por el agua ayer a
esta misma hora y mi gente está detrás’. Ellos di-
jeron: ‘Ven con nosotros entonces’. Ella preguntó:
‘¿Hacia dónde?’ Le dijeron: ‘Hacia el Mensajero
de Dios (B y P)’. Ella dijo: ‘¿Aquel al que llaman el
sabio?’ Le dijeron: ‘Es el que dices’. Y partieron; al
llegar, relataron lo sucedido al Profeta (B y P). El
les dijo: «Hacedla bajar de su camello» y pidió un
recipiente y vertió un poco de agua de las bocas
de los odres de la mujer en el recipiente. Luego
cerró las bocas grandes de los odres y abrió las
bocas pequeñas. Llamó a la gente para que beban
y den de beber a sus animales. La gente dio de be-
ber a sus animales, bebieron y dieron a otros; al
final, el Profeta (B y P) dio un recipiente con agua
al que estaba en estado de ÿanâba y le dijo: «Ve y
vacíatelo sobre tu cuerpo». Mientras tanto, la mu-
jer estaba parada viendo lo que se hacía con su
agua y ¡Juro por Dios! Cuando le devolvimos sus
odres, estos se veían más llenos de lo que estaban
al principio. El Profeta (B y P) dijo: «Reunid algo
para ella». Así que reunimos un poco de dátiles,
harina y sawîq, lo cual sumó una buena merienda
que fue envuelta en una tela. La ayudaron a mon-
tar el camello y le pusieron los alimentos envuel-
tos delante. Entonces, el Profeta (B y P) le dijo:
«¿Sabes? No tomamos nada de tu agua; fue Dios
quien nos dio de beber». Ella volvió a su gente
con bastante retraso. Le dijeron: ‘¿Qué te retuvo
fulana?’ Ella respondió: ‘Algo sorprendente. Me
encontraron dos hombres y me llevaron ante este
hombre al que le dicen ‘el sabeo’ e hizo tal y tal
cosa. Y por Dios, es el mejor hechicero entre esto
y esto (indicando con su dedo índice y el medio:
El cielo y la tierra) o es verdaderamente el Men-
sajero de Dios’. Después de esto; los musulmanes
solían atacar a los paganos alrededor, pero nunca
atacaban la aldea de la mujer. Un día, ella dijo a
su gente; ‘Pienso que esta gente (los musulmanes)
nos dejan en paz intencionalmente. ¿Tenéis, pues,
alguna inclinación hacia el Islam?’ Le obedecie-
ron y todos abrazaron el Islam.
8. Libro del Salat (la oración)
I
Como se prescribió el salat la
noche del isrâ’ 
228.
Anas bin Mâlik dijo: ‘Abû Dharr relató
que el Mensajero de Dios (B y P) dijo: «Cuando
yo estaba aún en Makka, se abrió el techo de mi
casa, bajó Ÿibrîl y me abrió el pecho; Luego me lo
lavó con agua de Zamzam , luego trajo un cáliz
de oro lleno de sabiduría y fe, lo vació enmi pecho
y luego lo cerró. Después, me tomó por la mano
y me hizo ascender con él al cielo más cercano
(al mundo terrenal). Cuando llegué al cielo más
cercano Ÿibrîl dijo a su custodio: ‘Abre la puer-
ta’. El custodio preguntó: ‘¿Hay alguien contigo?’
Ÿibrîl respondió: ‘Sí, está conmigo Muhammad
(B y P)’. El custodio pregunta: ‘¿Ha sido llamado?’
Ÿibrîl respondió: ‘Si’. Cuando abrió el Portal pa-
samos sobre el cielo más cercano. Vimos un hom-
bre sentado; a su derecha había mucha gente y a
su izquierda mucha gente también. Cuando mi-
raba a su derecha reía y cuando miraba a su iz-
quierda lloraba: Dijo: ‘¡Bienvenido, piadoso pro-
feta y piadoso hijo!’ Pregunté a Ÿibrîl: ‘¿Quién es
éste?’ Respondió: ‘Este es Adán y las multitudes a
su derecha y a su izquierda son las almas de sus
descendientes. Los que están a su derecha son la
gente del Paraíso y los que están a su izquierda
son la gente del Infierno; así pues, cuando mira a
su derecha ríe y cuando mira a su izquierda llora’.
(1)
Laylat ul-Isrâ’ wal Mi‘râÿ.
La noche del viaje noc-
turno a Jerusalén y la ascensión al cielo.
(2) Es una vertiente en Makka. Está casi debajo de la
Ka‘ba.