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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
para los hombres. Y: ‘¡Haced del lugar de Abra-
ham un oratorio!’ Y concertamos una alianza
con Abraham e Ismael: Que purificaran Mi Casa
para los que dieran las vueltas, para los que acu-
dieran a hacer un retiro, a inclinarse y a proster-
narse
(2:125)’.
Y en la aleya del velo; dije: ‘¡Mensajero de
Dios! ¿Y si ordenas que tus esposas se cubran
con el velo? Por que les hablan los piadosos como
los inmorales’; y fue revelada la aleya del velo. Y
cuando las esposas del Profeta (B y P) se unieron
en su contra, yo les dije: ‘Tal vez, si os divorcia,
su Señor le dé, en lugar vuestro, esposas mejores
que vosotras’; y descendió la aleya con las mismas
palabras’ .
XXVI
Retirar el esputo de la mezqui-
ta con la mano
264.
Anas dijo: ‘El Profeta (B y P) vio un espu-
to en la (pared que da a la) qibla. Eso lo disgustó,
hasta que se le notó en la cara. Se levantó, pues, y
lo quitó con su mano; y dijo: «Cuando vosotros
rezáis vuestro salat estáis hablando en privado con
vuestro Señor y vuestro Señor está entre vosotros
y la qibla. Por ello, ninguno de vosotros escupirá
en dirección de la qibla; sin embargo, podrá ha-
cerlo a su izquierda o bajo su pie». Luego tomó un
extremo de su manto y escupió en él para luego
doblarlo y decir: «O podrá hacer así»’.
XXVII
Nadie escupirá a su derecha
durante el salat
265.
Abû Huraira y Abû Sa‘îd relataron el mis-
mo hadiz del esputo con la adición: «Y no escupi-
rá a su derecha».
XXVIII
La expiación de escupir en la
mezquita
266.
Anas dijo: ‘El Profeta (B y P) dijo: «Escu-
pir en la mezquita es un pecado y su expiación
consiste en enterrarlo (el esputo)»’.
(1) Es la aleya 5 del capítulo 66 que dice:
“Si él os re-
pudia, quizá Dios le de a cambio, esposas mejores que
vosotras...”
.
XXIX
Prédica del imâm a la gente so-
bre la realización correcta de
la oración y la mención de la
qibla
267.
Abû Huraira relató que el Mensajero de
Dios (B y P) dijo: «¿Consideráis que mi rostro
está dirigido hacia la qibla? ¡Por Dios! Vuestra su-
misión y vuestras inclinaciones no están ocultas
de mí. Yo os veo a mis espaldas».
XXX
¿Es permitido decir:
la mezquita de los Bani tal?
268.
Ibn ‘Umar relató que el Mensajero de
Dios (B y P) hizo competir a caballos adiestrados;
la carrera era entre Al-Hafyâ’ y Zaniyyat al Wadá’.
Los caballos no adiestrados debían correr entre
Zaniyyat al Wadá’ y la mezquita de bani Zurayq.
(Uno de los narradores añadió:) ‘Y ‘Abdullah Ibn
‘Umar fue uno de los que compitió’.
XXXI
La repartición (de bienes) y
colgar un racimo de dátiles en
la mezquita
269.
Anas dijo: ‘Se le trajo al Profeta (B y P)
bienes desde Bahrayn; dijo: «Separadlos por la
mezquita». Este fue el mayor lote de bienes que
el Profeta (B y P) jamás había recibido. Se dirigió,
pues, a la oración y ni siquiera miró hacia los bie-
nes. Después de terminar el salat, el Profeta (B y P)
fue y se sentó cerca de los bienes y los distribuyó
a todos los que vio en la mezquita. Entonces, lle-
gó ante él Al-‘Abbâs y le dijo: ‘¡Dame Mensajero
de Dios! Pues yo pagué rescate por mí y por ‘Aqîl’.
El Mensajero de Dios (B y P) le dijo: «Toma». Al-
‘Abbâs llenó su manto con cosas y trató de levan-
tarlo pero no pudo, entonces dijo: ‘¡Mensajero de
Dios! Manda a alguien que me ayude a levantarlo’.
El Mensajero de Dios (B y P) se rehusó. Enton-
ces le dijo: ‘Ayúdame, entonces, tú a levantarlo’.
El Mensajero de Dios (B y P) se rehusó. Entonces
echó un poco de lo que había tomado y luego se
echó el bulto sobre sus hombros y se fue. El Men-
sajero de Dios (B y P) lo siguió con la mirada has-