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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
tal que la gente empezó a comerse los cueros y ca-
rroña hasta el punto de que la persona veía humo
en el cielo de tanta hambre que tenía. Abû Sufiân
fue ante el Profeta (B y P) y le dijo: ‘¡Muhammad!
Tú ordenas a la gente que obedezcan a Dios y que
mantengan las relaciones familiares. Pues tu gen-
te está muriendo; pide a Dios por ellos’. Dios dijo:
¡Espera, pues, el día que el cielo traiga un humo
visible, que cubra a los hombres! Será un castigo
doloroso. ¡Señor! ¡Aparta de nosotros el castigo!
¡Creemos! ¿De qué les servirá la amonestación si
ha venido a ellos un enviado que habla claro y
se han apartado de él y dicho: ‘¡Es uno a quien
se ha instruido, un poseso!? Vamos a apartar de
vosotros el castigo por un tiempo pero reincidi-
réis’ El día que hagamos uso del máximo rigor,
Nos vengaremos
(44:10-16). El máximo rigor es
seguramente el día de Badr. El rigor, el humo, el
lizám y el verso de la sura de los bizantinos ya han
ocurrido’.
550.
‘Abdullah bin ‘Umar dijo: ‘El siguiente
verso se me vino a la memoria mientras veía el
rostro del Profeta (B y P) mientras pedía la lluvia
a Dios, y no dejó de hacerlo hasta que el agua em-
pezó a correr por los techos, Abû Tâlib dijo: Un
blanco (el Profeta (B y P)) a quien se solicita que
pida la lluvia; y que cuida de los huérfanos y es
guardián de las viudas...’
551.
Anas relató que ‘Umar bin Al-Jattâb solía
pedir a Al-‘Abbâs bin ‘Abdul Muttalib que ruegue
a Dios por lluvia cada vez que había una sequía.
Solía decir: ‘¡Oh Dios! Solíamos solicitar a nues-
tro Profeta que Te pida lluvia, y nos dabas lluvia.
Ahora pedimos a su tío  que te ruegue. ¡Oh Dios!
Bendícenos con la lluvia’. Y llovía.
III
Salat al-istisqâ’ en la mezquita
principal
552.
Sharík bin ‘Abdullah relató que Anas dijo:
(El hadiz mencionado Nro. 519; donde un hom-
bre pide al Profeta (B y P) que ruegue por lluvia
en el ÿum‘a) ‘Y no vimos el sol por seis días. Lue-
go entró un hombre por esa puerta mientras el
Mensajero de Dios (B y P) estaba de pie pronun-
(1) Es prueba que es permitido pedir a una persona
piadosa viva que ruegue a Dios por nosotros; pero pedir a
un muerto que ruegue por nosotros está totalmente pro-
hibido, es
shirk
.
ciando la jutba del ÿum‘a siguiente. El hombre se
dirigió, de pie, a él y dijo: ‘¡Mensajero de Dios!
Las propiedades se han destruido y los caminos
se han cortado; pide a Dios que retenga la lluvia’.
El Mensajero de Dios (B y P) levantó las manos y
dijo: «¡Oh Dios! Alrededor nuestro y no sobre no-
sotros. En las planicies, en las montañas, las coli-
nas, en los valles y donde crecen los árboles». Así
que la lluvia se detuvo y salimos andando bajo los
rayos solares.’
IV
El istisqâ’ en la jutba del ÿum‘a
sin dirigirse hacia la qibla
553.
Y Anas relató: (Del mismo hadiz ante-
rior) ‘El Mensajero de Dios (B y P) levantó ambas
manos y dijo: «¡Oh Dios, bendícenos con lluvia!
¡Oh Dios, bendícenos con lluvia! ¡Oh Dios, ben-
dícenos con lluvia!»’
V
Cómo el Profeta (B y P) se vol-
vió de espaldas a la gente
554.
El hadiz de ‘Abdullah bin Zayd sobre el is-
tisqâ’ ya fue mencionado (Nro. 547). En esta ver-
sión dice: ‘Y se volvió de espaldas a la gente. Se
dirigió a la qibla durante su plegaria y volteó su
manto. Luego nos dirigió en dos rak‘ât recitando
en voz alta.’
VI
El imâm levanta ambas manos en
el istisqâ’
555.
Anas bin Mâlik relató: ‘El Profeta (B y P)
nunca elevaba sus manos en la plegaria excepto
en el istisqâ’, cuando las elevaba hasta que se veía
la blancura de sus axilas’.
VII
Qué decir si llueve
556.
‘Âisha relató que el Mensajero de Dios
(B y P) solía decir: «¡Que sea una lluvia benefi-
ciosa!» cuando veía la lluvia.