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The Islamic Bulletin
Súplicas / Recuerdo (Dua) Mañana y Tarde
La súplica no consiste únicamente en la recitación ritual de algunas palabras después de la oración.
La naturaleza del dua’a consiste en la petición ante Al-lah, Ensalzado Sea. Cuando se realiza la dua’a,
el suplicante debe concentrarse en cuerpo y alma al objeto de su súplica. Nunca debe desesperar del
cumplimiento de su súplica, aunque parezca que se retrase o que no se lleve a cabo. El suplicante debe
supeditarse a los deseos de Al-lah, Ensalzado Sea. La súplica es una apelación a Al-lah, y es Su única
prerrogativa conceder o denegar tal súplica de Sus siervos. No tenemos el derecho de desilusionarnos o
desanimarnos si no podemos comprender la aceptación o no de nuestra súplica.
El momento de la súplica no se limita a las ocasiones de la oración obligatoria (as-salat). La dua’a puede
hacerse en cualquier momento, cuando la persona necesite algo. Cuando quiera que alguien necesite
algo, debe hacer duaa con su corazón y con su lengua. Esta es la auténtica naturaleza de la súplica.
El beneficio de la súplica:
Cuando se realiza dua’a debe hacerse de acuerdo a la realidad y naturaleza de la súplica tal como se ha
descrito arriba. Si se realiza de esta forma enseguida se comprende la eficacia y beneficio del duaa. El
baraka de la dua’a no significa necesariamente que cualquier cosa que se pida será concedida. En muchas
ocasiones el mismo objeto que se persigue se consigue; por ejemplo, cuando se pide algo para la vida
última, pues cualquier favor para la última vida es pura bondad de Al-lah hacia Su siervo. Para conseguir
las fortunas de la última vida son necesarias la Fe (iman) y la obediencia (itaat). Sin estas condiciones
no se consiguen las bendiciones de la última vida. En ocasiones, el objeto que se pide no se consigue.
Esto ocurre porque a veces, el objeto mundanal por el que se pide no es beneficioso para nosotros. Así,
Al-lah lo retira del siervo del mismo modo que un padre quitaría a su hijo cualquier objeto que pudiera
causarle daño.
El significado del beneficio o baraka en este contexto es que Al-lah -Ensalzado Sea- dirige su atención a
Su siervo. Así, si debido a alguna razón que Al-lah conoce, y aquello por lo que se pide no se concede,
el siervo debe sentirse igualmente satisfecho, y no debe dejarse invadir por sentimientos de frustración
y debilidad. La fuerza espiritual con que se llena el corazón es el efecto de la atención especial que nos
dirige Al-lah como resultado de nuestra súplica. Y constituye, de hecho, un gran tesoro. Cualquier otra
recompensa resulta insignificante en comparación. Es esta atención la que debe luchar por conseguir el
siervo. Y esta sensación agradable de paz en esta vida y en la última. Por tanto, aquél que hace súplica
siempre tiene una recompensa y el beneficio inherente a la súplica.
Citas del Corán sobre la súplica:
En el Corán encontramos numerosas referencias sobre los que realizan súplicas a Al-lah, Ensalzado Sea;
he aquí algunas:
Vuestro Señor ha dicho:
« ¡Invocadme y os escucharé! Los que, llevados de su altivez, no Me sirvan
entrarán humillados en la gehena». (Sagrado Corán, 40:60).
Invocad a vuestro Señor humilde y secretamente! Él no ama a quienes violan la ley. (Sagrado Corán, 7:55).
Cuando Mis siervos te pregunten por Mí, estoy cerca y respondo a la oración de quien invoca cuando
Me invoca. ¡Que Me escuchen y crean en Mí! Quizás, así, sean bien dirigidos. (Sagrado Corán, 2:186).
¿Quién, si no, escucha la invocación del necesitado, quita el mal y hace de vosotros sucesores en la tierra?
¿Hay un dios junto con Al-ah? ¡Qué poco os dejáis amonestar! (Sagrado Corán, 27:62).
Algunos hadices confirman la importancia de la súplica:
Relató Abu Hurairah (radi Allahu ‘anhu) que el Mensajero de Al-lah (Sala Allahu ‘alayhi wa sallam) le dijo:
“La súplica del siervo se acepta siempre que no pida nada ilícito o algo desagradable para sus parientes;
y siempre y cuando no sea impaciente”. Alguien le preguntó: “Oh, Mensajero de Al-lah ¿Cuál es el